Hugo y yo

La culpa es de la sociedad.

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Lugar: En las Nubes (Alcalá de Henares), Madrid, Spain

29.5.05

Evil

Ya he visto Star Wars ep. III: La Venganza del Sith. Alguien debería coger al mamón/a que escribe los diálogos de Anakin y Padme y meterle un sable láser en su lado oscuro.

Es curioso como la gente, tan pronto como cae en las garras del mal, se afea terriblemente. Se les ajan las facciones, los ojos se les inyectan en sangre y desarrollan unas ojeras enormes. Yo pensaba que la gente con problemas de conciencia era la que no podía conciliar el sueño. ¿Será que los Sith son en realidad buenos chicos llevados por el mal camino, y que en las largas horas de insomnio lamentan todas sus vilezas?



En una entrada pretérita pasé por encima sobre la imagen arquetípica del Mal como un individuo astuto, taimado y mucho menos sexy que el bueno. No es la visión completa, claro. En muchas ocasiones se presenta al Mal, o el Malo, encarnado en un sujeto de carisma magnético, rictus determinado, elegancia y autocontrol escalofriante. Mismamente un Darth Vader, pero sin el asma ni la tragaperras en el pecho.

No es raro que los villanos de las historias resulten mucho más interesantes, como personajes, que los buenos, a veces ridiculizados como monaguillos musculosos, sin personalidad ni sentido del humor, frente a las saludables dosis de anarquía e irreverencia del malo. A mucha gente le fascinan los marginales y delincuentes, la gente que no respeta esas reglas que nos constriñen a todos. En el fondo envidiamos esa capacidad de conducirse más allá de las leyes, interpretándola como un estado supremo de libertad. Quizá fue Freud el que dijo que la ley no sería respetada por nadie de no ser por el miedo al castigo,
y que el hombre respetuoso de la ley no es bueno, sino cobarde. Vete a saber.

Pero haciendo un poco de zoom sobre las conductas que englobamos en la maldad, ¿qué apreciamos, realmente? Si miramos a los casos más leves (adulterio, embriaguez), y que muchos toman por joie de vivre, probablemente solo hallaremos debilidad de carácter. Buceando ya en el terreno de lo penal, no creo que la explicación a casi todos los crímenes sea más profunda que una mixtura de necesidad, codicia, estrechez de miras o mala educación social-sentimental. Un camello no suele ser más que un niñato al que han enseñado que las drogas dan dinero fácil y rápido.
Los casos más graves o aberrantes probablemente son, analizados hasta la raíz, de una mezquindad patética: complejos mal digeridos y derivados en ausencia de empatía, ganas exacerbadas de sentirse superior y dominante, conductas sadomasoquistas mal encarriladas... Me jugaría un par de cenas a que un dictador bananero no es más que un cualquiera a quien la oportunidad le ha permitido hipertrofiar su necesitado ego, y un criminal sexual es, esencialmente, un enfermo a quien solo se diagnostica cuando ya es demasiado tarde.

Resumiendo, eso que llaman el Mal es, fundamentalmente, ansia, mezquindad y vulgaridad puestas a cargo de la nave. Y dejarse fascinar por ellas es un poco ridículo, máxime si las comparamos con la auténtica y asombrosa belleza de un acto generoso, de la magnificencia a que puede llevarnos el amor.

26.5.05

No Llevamos Ná

Esto ni es un blog ni es nada, cojones.

Pero es que no se me ocurre qué contar. De verdad.

Veamos: la huelga acabó de forma dialogada tras el 6º día. Pero nos siguen haciendo currar. ¿Para esto hemos luchado?

Ahora soy el de la furgoneta. Estaría bastante bien si tuviese aire acondicionado. Qué calor hace estos dias, recristo. Por lo menos dispongo de tiempo, no como mi sufrido hermano, que por lo que trabaja diría que está preparando la nueva versión de Windows. Él solo.

Entre eso y que mi hermana se nos va a Dublín, empiezo a sentirme más hijo único que nunca.

Aún no he visto La Venganza del Sith. Escupidme.

Mi ADSL es de puta risa. Mi página más visitada es una que dice "Se ha superado el tiempo de espera intentando contactar con...". Pese a ello intento valientemente bajarme los episodios de Cowboy Bebop.

Qué pasada lo del Liverpool, ¿eh?

Ya está, no hay mucho más que contar. ¿Como coño voy a colaborar en prensa escrita de ninguna manera, como me ha sugerido una amable lectora del blog? Para escribir hay que tener algo que escribir, o por lo menos pasión por hacerlo. Y en este momento no tengo mucho de ninguna de ambas cosas.

Si acudiera a la fiesta ochentera que planea Viruete seguro que os podría poner algo más entretenido que esto. Anda, mejor leeis a cualquiera de los que tengo enlazados. Qué poco valgo, Dios mio. Espero que me disculpeis a base de daros pena.

16.5.05

Here Comes Your Man

Tomemos como ejemplo el comunismo.

Sus inmensas consecuencias históricas. Revoluciones. Guerras. Millones de muertos. Una influencia difícil de exagerar en el devenir del siglo XX a nivel mundial.

Ascendamos por el árbol de la causalidad. Unión Soviética. Stalin. Lenin. Marx.

Imaginemos ahora que El Capital jamás hubiera sido escrito. Supongamos que la señora de Marx hubiera tenido una terrible jaqueca en la noche en que el padre de la teoría socialista debió ser concebido.
Puede que la jaqueca se debiera a que tenía un vecino que intentaba aprender a tocar el violín.
Quizá ese puñetero vecino se dedicaba al violín porque no le admitieron en clase de piano.


¿Cabe concluir que las matanzas de Pol Pot, las purgas de Stalin, la caza de brujas del senador McCarthy, la II Guerra Mundial, etc., no habrían sido si el examinador del conservatorio del vecino de los Marx hubiera sido un poco más indulgente?



¿Por qué no? También Hitler hubiera dado menos por el culo de haber sido admitido en la Escuela de Arte de Viena, o si al menos le hubieran volado el cojón en la I Guerra Mundial.

Pero, ¿quién nos garantiza que no hubiera habido otro en su lugar? Posiblemente el papel de las personas está tan definido por sus propias cualidades y defectos como por el entorno en que los cultivan. Un Hitler no hubiera llegado lejos sin una nación empobrecida y humillada dispuesta a rendirse ante sus discursos. Marx y su teoría no tendrían mucha razón de ser en la moderna Suecia.
Ciertas semillas no florecerán fuera de cierto suelo. Y ya de paso entronco con el anterior mensaje.

¿Cual es la importancia de todo, entonces? ¿Hacemos y deshacemos imperios con el más nimio de nuestros actos, cual bola de nieve que se convierte en alud? ¿O somos tan irrelevantes para las mareas de la historia como una piedrecita arrojada a un rio,cuya corriente borra al instante hasta la menor ondulación?

Sigo en huelga.

10.5.05

Please Mr. Postman

A instancias de Matthau, lo que debería ser el mensaje de la semana ha pasado al foro. Id allí si os interesa.

El puente, estupendo, gracias. El trabajo, asqueroso, pero todo puede empeorar: los carteros de mi ciudad nos hemos puesto en huelga.

Y el nuevo coche de Mari, guapísimo. Yo quiero otro, así que si alguien no sabe qué regalarme por Navidad...