Time And Time Again
Esto de los blogs está de capa muy caída. Algunos blogs de gente maja han ido dejando de actualizarse. Era de prever.
Yo no soy así (no gente maja; bueno, tampoco), y seguiré dando la brasa hasta que... bueno, hasta que me canse.
Esta mañana, al término del currelo, he pensado: "bien, ya es miércoles, la semana está pasando rápido". Tras lo cual me he dado cuenta: ¿acaso es bueno que el tiempo pase rápido? Es como congraciarse porque una condena en prisión pasa volando o algo así. Pero no estoy haciendo nada especialmente terrible, y, de hecho, si me va bien, quizá me pase el resto de mi vida laboral dedicándome a esto mismo.
Es un poco pronto para felicitarme por poder consumir mi tiempo sin apenas darme cuenta. Mejor dicho, quizá empiezo a ser viejo para ello, ya que me he dado cuenta de que pasar el tiempo equivale a acercarse a la muerte. Es privilegio de la juventud el desear que el tiempo pase deprisa, supongo.
Imagino que es consecuencia de esta fiebre del sábado noche que asola la sociedad moderna. Se trabaja de lunes a viernes, se vive de noche de viernes a domingo. Pero, pensando en ello, es desoladora la idea de que sentir que ha pasado una semana más como si nada es algo bueno. Es casi tanto como desear encontrarte viejo y jubilado, o directamente muerto, tan pronto como sea posible.
Qué ganas de acelerar las cosas. ¿Por qué no podemos apreciar el presente? ¿La maldición del bipedismo es mantener la vista eternamente en la raya del horizonte? ¿No pudimos quedarnos tranquilitos y a gusto en los árboles?
Hop, ya he actualizado.
Yo no soy así (no gente maja; bueno, tampoco), y seguiré dando la brasa hasta que... bueno, hasta que me canse.
Esta mañana, al término del currelo, he pensado: "bien, ya es miércoles, la semana está pasando rápido". Tras lo cual me he dado cuenta: ¿acaso es bueno que el tiempo pase rápido? Es como congraciarse porque una condena en prisión pasa volando o algo así. Pero no estoy haciendo nada especialmente terrible, y, de hecho, si me va bien, quizá me pase el resto de mi vida laboral dedicándome a esto mismo.
Es un poco pronto para felicitarme por poder consumir mi tiempo sin apenas darme cuenta. Mejor dicho, quizá empiezo a ser viejo para ello, ya que me he dado cuenta de que pasar el tiempo equivale a acercarse a la muerte. Es privilegio de la juventud el desear que el tiempo pase deprisa, supongo.
Imagino que es consecuencia de esta fiebre del sábado noche que asola la sociedad moderna. Se trabaja de lunes a viernes, se vive de noche de viernes a domingo. Pero, pensando en ello, es desoladora la idea de que sentir que ha pasado una semana más como si nada es algo bueno. Es casi tanto como desear encontrarte viejo y jubilado, o directamente muerto, tan pronto como sea posible.
Qué ganas de acelerar las cosas. ¿Por qué no podemos apreciar el presente? ¿La maldición del bipedismo es mantener la vista eternamente en la raya del horizonte? ¿No pudimos quedarnos tranquilitos y a gusto en los árboles?
Hop, ya he actualizado.