Get Busy

Perdonen que no actualice.

Debo pedir disculpas a mucha gente por el tono trágico que han tenido mis últimas entradas. Siendo sincero, he cargado un poco las tintas, pero no me encuentro tan mal realmente. Lo cierto es que es difícil no escribir en un tono lúgubre sobre algo tan traumático, por muy bien que lo lleve uno. No parecería serio.

Lo cierto es que me voy sintiendo bien. Me he mantenido muy ocupado desde la separación. Un viaje a Edimburgo, una escapada con amigos, planes de cambiar de coche, piano, las puñeteras horas extra que acarrean las elecciones... Me ha venido bien tener la cabeza en otras cosas.

Cuesta creer todo lo que me ha pasado en menos de dos meses. Es casi absurdo si lo pienso, así que mejor pensar lo justo. Seguir mirando al frente, mantenerme activo, buscar el lado bueno y, quizá, cuando me quiera dar cuenta, las cosas se habrán arreglado.

En el lado bueno, y ocupando un trozo enorme del mismo, está toda la gente que se ha interesado por mí y me ha ofrecido apoyo. Tengo familia y amigos que me quieren y aprecian, y se ha notado cuando más falta hacía. Os debo mucho y quiero que sepais cuánto os lo agradezco.

Muchas gracias a todos.

Never Can Say Goodbye

Cosas que echar de menos

A ella. Claro.

Sus ojos. Su risa. Su manera de caminar. Sus gustos y sus fobias. Sus hábitos y sus manías. Su chaqueta y su bolso. Su perfume. Su olor.
El modo en que cogía mi mano. Su pausa antes de decir algo. Su cabeza en mi regazo mientras veíamos la tele. Sus momentos de niña. Sus momentos de vieja.
Su libro favorito. Sus tiendas. Sus botas. Su reloj. Su impaciencia. Su timidez. Sus peluches. Sus peinados. Su pelo. Su cumpleaños. Su coche. Su trabajo. Sus compañeras de trabajo. Su casa. Su dolor de espalda. Sus uñas. Su radio. Su serie de televisión. Su hermana. Su hermano. Su madre.