Like A Rolling Stone
Hace mucho que no me marco una metáfora, ¿no? Venga.
Las personas y las piedras se parecen en dos cosas. La principal: es divertido tirarlas al agua.
La secundaria: el desgaste les afecta. Cada una a su nivel, una persona (o piedra) es, originalmente, un objeto áspero, en constante conflicto con el entorno, con cierta tendencia a arañar, así como a desgastarse de tanto roce y perder así su mordiente poco a poco.
Hay arañazos profundos, que dejan una marca que nada borrará. Pero, mayormente, el proceso es lento, cumulativo, y en la mayoría de los casos dejará un objeto más tratable y hermoso. Y aunque para algunos un objeto así no tiene nada de interesante, seguro que quien conviva con él aprecia la diferencia.
Qué pena que lo que sucede exteriormente con las piedras, con los humanos se aprecie solo interiormente. Que tampoco estaría mal perder unas arruguillas.
Las personas y las piedras se parecen en dos cosas. La principal: es divertido tirarlas al agua.
La secundaria: el desgaste les afecta. Cada una a su nivel, una persona (o piedra) es, originalmente, un objeto áspero, en constante conflicto con el entorno, con cierta tendencia a arañar, así como a desgastarse de tanto roce y perder así su mordiente poco a poco.
Hay arañazos profundos, que dejan una marca que nada borrará. Pero, mayormente, el proceso es lento, cumulativo, y en la mayoría de los casos dejará un objeto más tratable y hermoso. Y aunque para algunos un objeto así no tiene nada de interesante, seguro que quien conviva con él aprecia la diferencia.
Qué pena que lo que sucede exteriormente con las piedras, con los humanos se aprecie solo interiormente. Que tampoco estaría mal perder unas arruguillas.
posted by Hugo | 20:16
5 Comments:
La primera metáfora es estupenda, la segunda puede tener miga.
Dices que nos afecta el desgaste, por supuesto, pero no en todos los casos para mejorar, a veces ese desgaste te agota y deja sin una parte de ti, algo queda tan erosionado que desaperce.
Y no estoy nada de acuerdo con eso que dices de que originalmente somos un objeto áspero, nada más lejos de la realidad, al principio somos como al final, suaves y sin aristas, las aristas las provoca la vida y ella misma también se acaba ocupando de limarlas de nuevo.
Un beso.
P.D. una alegría ver que vuelves por aquí con más frecuencia.
Hombre, también dependerá del tipo de desgaste. Si la vida te ha tratado bien, con suavidad, sí que te afinas. Pero hay gente que ha vivido cayendo por un despeñadero y, cuando llega al valle, queda un trozo amorfo lleno de aristas puntiagudas y de grietas que nunca cicatrizan...
Lo digo porque me toca de cerca, desgraciadamente; y es una persona que cada año tiene más aristas y más grietas... porque cada año cae más y más...
Miada, como madre que eres, me sorprende que digas eso. No hay cosa con más roces y choques con el mundo y las personas de su entorno que un niño.
Siento eso que me cuentas, Unai. Si, esa es la otra cara de la metáfora. Un diamante no se pule a martillazos.
De una pedrada certera, cayó Goliat a manos del pequeño David. Con una piedra se compara a Jesús, la piedra angular, y con una pedrada acababa el sueño de la historia..., el sueño de Daniel.
Somos piedras, desechadas o escogidas para la construcción de un edificio espiritual.
Piedra, roca, una imagen muy potente e importante en el simbolismo bíblico. salud para todos.
Hugo, ese niño se hace mayor, y va poniendo y quitando picos según su criterio, no según el mío. Hay un momento donde mi trabajo no puede llegar a más, ahí eres lo que tú quieres, nada más...
Un beso.
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