Music For The Masses

Qué bueno estaba todo, y qué bueno es volver a ver a los amigos de siempre.

Y qué pena que el fin de semana solo dure dos dias. Pero estos dos han sido particularmente buenos.

El domingo conté con la agradable visita de mi tio Guille, un rato de compras con mi hermano y con él (me hice con el Soul Calibur II, ¡yupi!

Para una reseña muy especial del juego, mirad aquí)
, y un buen rato intercambiando MP3 Guille y yo (mi hermano se limitó a fagocitarlos con su flamante Zen Touch, que se compró para tener algo con lo que entretenerse en su vida de aeropuerto).
(De hecho, hasta mi madre está pidiéndome que le baje cosas últimamente; eso si, me he negado en redondo a bajarle nada de Bertín Osborne. Tengo principios)

Le debo a mi tio una visita a La Coruña, y espero poder pagársela pronto, que la última vez que estuve ni pude verle ni vi apenas la ciudad, y mira que lo siento. Eso si, me crucé con Jabo Irureta en la calle, y es casi lo único reconocible que vi (no se viaja hasta La Coruña para pasear un rato cuando ya ha anochecido, ¿oído, Uba, Pedro, Chiqui y demás?).

Mi trabajo, por lo que empiezo a apreciar, tiene estas cosas buenas:

- Me pagarán
- Quizá dure poco

Las malas... es tarde para ponerme con ello ahora. Pero vienen a ser las que tiene siempre este oficio.

Veo que este diseño del blog si está gustando... lástima, empezaba a cogerle el truco a esto.