California Waiting
Llevo un par de dias terminándome el Criptonomicón y escuchando compulsivamente a Dinosaur Jr. Hace una semana ni sabía que existían. O habían existido, tanto da.
El resultado es que estoy en un estado de falsa nostalgia un poco sorprendente. De repente echo de menos esos 90, tan decepcionantes en la realidad. Pienso en la era del grunge, la explosión de Internet, y lo lejos que me quedó todo mientras malgastaba mi juventud en la facultad de Derecho.

Ahora sé lo que impulsaba a nuestros mayores a inventarse películas sobre Mayo del 68 y falsas experiencias en el hippismo o la oposición al régimen. La vergüenza de haber estado lejos de y ajenos a todo lo que pasaba. Yo tendría que haber sido un friki estudiante de Teleco o Informática que asaltase sitios web y tocase en una banda de punk-rock en sus ratos libres, con camisa a cuadros, gorro de lana y perilla.
Y es que es con la perspectiva cuando más se pierde la perspectiva a veces. Como si esas hubieran sido conclusiones obvias en su momento. Pero mis hijos me reprocharán igual el no haber estado ni en un puto macroconcierto, no haberme tatuado alguna gilipollez firmada por Kurt Cobain o no haber probado bebidas inteligentes. Niñatos cabrones.
No hay peor nostalgia que aquella de las cosas que jamás sucedieron.
El resultado es que estoy en un estado de falsa nostalgia un poco sorprendente. De repente echo de menos esos 90, tan decepcionantes en la realidad. Pienso en la era del grunge, la explosión de Internet, y lo lejos que me quedó todo mientras malgastaba mi juventud en la facultad de Derecho.

Ahora sé lo que impulsaba a nuestros mayores a inventarse películas sobre Mayo del 68 y falsas experiencias en el hippismo o la oposición al régimen. La vergüenza de haber estado lejos de y ajenos a todo lo que pasaba. Yo tendría que haber sido un friki estudiante de Teleco o Informática que asaltase sitios web y tocase en una banda de punk-rock en sus ratos libres, con camisa a cuadros, gorro de lana y perilla.
Y es que es con la perspectiva cuando más se pierde la perspectiva a veces. Como si esas hubieran sido conclusiones obvias en su momento. Pero mis hijos me reprocharán igual el no haber estado ni en un puto macroconcierto, no haberme tatuado alguna gilipollez firmada por Kurt Cobain o no haber probado bebidas inteligentes. Niñatos cabrones.
No hay peor nostalgia que aquella de las cosas que jamás sucedieron.
8 Comments:
Hugo... quiero que sepas que leerte me relaja... me gusta, y debería hacerlo con más frecuencia y siempre ponerte algún comentario...
:)
¡Cuanto honor, Chiqui! Pues si, firmar de vez en cuando ayuda a que uno no tenga la sensación de estar perdiendo el tiempo.
¿Mucho frio por Colmenar? Un saludo.
Ha sido un fin de semana con nostalgias variables y nubosas sobre los cielos tristes (hay fechas en las que duele recordar) de Madrid. Y hemos coincidido en uno de sus estadios. La nostalgia de lo que no vino a veces es peor que la de lo que se fue.
Un abrazo
Definitivamente, las musas son tan bellas como livianas. Tan pronto están en tu regazo y susurrando inspiraciones en tu oído como revolotean hacia otro.
Todas son iguales.
Y es que las visten como...
Por eso son musas...si estuvieran todo el rato a tu lado pasarían a ser mundanas y seguro que te inspiraban bien poco...;)
Besos.Adios.
Eso es mentira Helena. Almenos en mi caso.
no te has perdido nada,estás entero y en la onda,bueno;LA ONDA.no,mejor:lahonda.Profunda y serena.ánimo,sgue así.Nino E.
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