Hugo y yo

La culpa es de la sociedad.

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Lugar: En las Nubes (Alcalá de Henares), Madrid, Spain

1.1.05

If You Tolerate This Your Children Will Be Next

Lo primero es lo primero: Feliz 2005 (inserte rima aquí).

Hay muchos tipos de intolerancia y de intolerante. Están los intolerantes políticos-religiosos, de los que jamás admitirán que la parte opuesta puede tener razón en algo, o que tal vez los suyos se han equivocado en alguna cosa.
Los intolerantes raciales-sexuales (que a menudo son la misma gente) son gente particularmente detestable y mejor no entrar ahí, que me caliento.
Los intolerantes deportivos-futboleros son parecidos a los del primer tipo, solo que aún peor.

Pero la peor clase de intolerante es el intolerante que no tolera que le reprochen nada.



Le ha pasado a todo el mundo: un imbécil con carnet, mal llamado conductor, se mete a la brava en un cruce sin prioridad, le tienes que esquivar o frenar, y si le miras encima es él quien pone mala cara, si no te insulta directamente.
O un energúmeno se pone a fumar en una zona en la que está prohibido, alguien le ruega que no fume, y él se limita a hacer un gesto de desprecio.

Y, en lo más alto de esta escala de hijos de puta, está la gente que incordia simplemente por diversión, o mientras se divierte. Más concretamente, los que montan sus juergas en lugares y momentos en los que otras personas intentan dormir o, simplemente, vivir.
Los desgraciados que tiran petardos en plena ciudad a altas horas de la noche.
Los niñatos botelloneros que equiparan su derecho a la cogorza callejera con la lucha por la abolición de la esclavitud o el sufragio universal.
Los borrachos. Oh, desde luego, los borrachos. La escoria que se toma dos copas y de repente creen que cantan como Plácido Domingo, conducen como Senna (en parte es cierto) y son graciosos como Santiago Segura.

Hace unos dias Javier Marías publicó un artículo muy acertado sobre esta sacralización del jolgorio que se practica en este país. A quienes se lo están pasando en grande hay que aguantarles todo y reirles todas las gracias. Quejarte de que sus humos molestan, pedirles que bajen la música, o algo tan obvio como que te dejen dormir (que no es muy diferente de pedir que te dejen comer, o respirar) te hace quedar como un amargado, gruñón, represor e (!) intolerante.

Reventad de una vez, banda de hijos de puta.

5 Comments:

Blogger aguantísimo said...

Hombre, en parte, tienes razón.

Como en parte soy uno de esos hijos de puta botelloneros, tengo que defenderme :D.

Yo por mi parte, cuando he hecho botellón, siempre he intentado que sea en zonas alejadas, vamos, que ni de coña lo hacemos en una plaza en medio del pueblo jodiendo a todo el mundo. Vamos al rellano de la montaña y ahí no molesta a nadie (algunos animalillos..pero bueno).

Por otro lado, si he montado fiestas, siempre lo he comentado con los vecinos. Que sepáis que tal día haremos una fiesta, no tendréis inconveniente, no? (la verdad es que sí, pero ellos también quiere montarse sus juergas y tienen que tragar)

Y todos felices.

Lamento que no todo el mundo disfrute de unos sanos borrachos como nosotros :D

2:01 p. m.  
Blogger Hugo said...

Coño, pues qué decir a eso, tú eres un borracho ejemplar.
Es muy raro ver tanta consideración donde yo vivo. Vale que tengo algo de mala suerte -viví 16 años justo encima de un puto bar de copas-, pero el caso es que sé lo que me digo.

9:41 p. m.  
Blogger aguantísimo said...

Hombre, la verdad es que yo mismo lo he sufrido. Me acuerdo de una noche de verano hará dos o tres años, que vivía en la calle principal, y un grupo de 20-30 cabronazos dió el coñazo toda la noche, y me tenía que levantar a las 4 de la mañana, y ala, a joderse toda la noche.

En fin, aquí entra eso de la libertad, que debe terminar donde empieza la de otro, pero bueno, ya se sabe que ná...

11:10 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hugo, busca un post acb donde salen carteles soviéticos anti-alcohol, seguro que te gustan.

Tío Ho.

1:50 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tomate una tila...con cognac :D

Pou

7:05 p. m.  

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