A Gift
Que levante la mano quien aún no sepa qué es el Youtube.
Es gracioso esto de Internet. Si hace una década me hubieran dicho que una máquina maravillosa me permitiría recibir en casa cuantos discos, películas o cómics deseara, virtualmente gratis, me habría descojonado. Luego habría pasado un rato tratando de imaginar ese invento y sus consecuencias en mi vida.
¿Cuan feliz sería yo de poder acceder a toda esa cultura y entretenimiento by the morro? ¿Qué no caería en mis manos? ¿Hasta qué niveles enciclopédicos podría acrecentar mi erudición? ¿Sería lo bastante fuerte como para abstraerme de ese torrente de goces culturales y hacer una vida normal, al menos el tiempo suficiente cada dia para trabajar, mantenerme físicamente, etc.?
Y, vaya, 10 años más adelante tenemos... el Youtube. Qué pena de especie.
Se veía venir cuando la palabra "sex" era la más buscada desde el dia en que empezaron a funcionar los buscadores de Internet. Que haya infinidad de posibilidades no hace que automáticamente la gente elija lo más valioso estética o culturalmente. Que John Ford o Mozart están muy bien, pero donde se ponga un buen culo...
Si algo negativo está teniendo esta era de la información, es el hecho incuestionable de que
1) costando el mismo trabajo lo banal y lo sublime, nos tiramos de cabeza a lo banal (me incluyo)
2) lo que es gratis no tiene valor. Antes, cada disco nuevo que caía en mis manos era escuchado una vez tras otra hasta sacarle todo el jugo. Hoy en dia tengo discos nuevos en mi ordenador cada dia y apenas me tomo la molestia de escuchar la mayoría de ellos.
Quizá, después de todo, sea una bendición no ser rico. La saciedad es el punto en que dejas de disfrutar de la comida. Hace poco, viendo La Dolce Vita, se me reveló como una historia de infelicidad. Sus personajes son en su mayoría gente rica, ociosa y que vive una fiesta eterna. Y hay en ese hedonismo compulsivo una triste necesidad de llenar sus vidas.
O eso quiero pensar, que en el fondo son infelices, los muy hijos de perra.
Es gracioso esto de Internet. Si hace una década me hubieran dicho que una máquina maravillosa me permitiría recibir en casa cuantos discos, películas o cómics deseara, virtualmente gratis, me habría descojonado. Luego habría pasado un rato tratando de imaginar ese invento y sus consecuencias en mi vida.
¿Cuan feliz sería yo de poder acceder a toda esa cultura y entretenimiento by the morro? ¿Qué no caería en mis manos? ¿Hasta qué niveles enciclopédicos podría acrecentar mi erudición? ¿Sería lo bastante fuerte como para abstraerme de ese torrente de goces culturales y hacer una vida normal, al menos el tiempo suficiente cada dia para trabajar, mantenerme físicamente, etc.?
Y, vaya, 10 años más adelante tenemos... el Youtube. Qué pena de especie.
Se veía venir cuando la palabra "sex" era la más buscada desde el dia en que empezaron a funcionar los buscadores de Internet. Que haya infinidad de posibilidades no hace que automáticamente la gente elija lo más valioso estética o culturalmente. Que John Ford o Mozart están muy bien, pero donde se ponga un buen culo...
Si algo negativo está teniendo esta era de la información, es el hecho incuestionable de que
1) costando el mismo trabajo lo banal y lo sublime, nos tiramos de cabeza a lo banal (me incluyo)
2) lo que es gratis no tiene valor. Antes, cada disco nuevo que caía en mis manos era escuchado una vez tras otra hasta sacarle todo el jugo. Hoy en dia tengo discos nuevos en mi ordenador cada dia y apenas me tomo la molestia de escuchar la mayoría de ellos.
Quizá, después de todo, sea una bendición no ser rico. La saciedad es el punto en que dejas de disfrutar de la comida. Hace poco, viendo La Dolce Vita, se me reveló como una historia de infelicidad. Sus personajes son en su mayoría gente rica, ociosa y que vive una fiesta eterna. Y hay en ese hedonismo compulsivo una triste necesidad de llenar sus vidas.
O eso quiero pensar, que en el fondo son infelices, los muy hijos de perra.
posted by Hugo | 16:38
3 Comments:
Jajaja, los Amish, ¿cómo acabaría aquel programa de televisión que pretendía cambiar el modo de vida de un grupo de Amish?
En fin que tienes algo de razón en lo que dices, pero tampoco hay que quedarse en lo negativo. Gracias a Internet has podido ver películas que por falta de dinero no podrías ver y has llegado a descubrir grupos de música que de otro modo no conocerías.
De otro modo tienes razón, el que sea gratis le quita ese toque de "prohibido" que tenía antes cierta cultura.
Pues chico, a mí tampoco me parece mal que la peña busque tetas y culos por internet.
Tal vez el efecto de normalizar y sacar un poquito del armario todo el mundo de la pornografía, del frikismo e incluso de lo cutrongo haya sido incluso más beneficioso a nivel de la sociedad que el traer a todo el mundo las obras completas de Joyce. Seamos claros, hace tiempo que la mayoría de la gente ya tenía más literatura (y a menudo más música de calidad) de la que podía-quería consumir en las bibliotecas públicas. Las filmotecas ya emitían joyas del séptimo arte en salas casi vacías mucho antes de que internet fuera siquiera un concepto. Aún recuerdo cuando los museos eran gratuítos enseñando el D.N.I.
Internet tal vez haya hecho más fácil el acceso a todo esto, incluso puede que algunas obras que antes no habrían ido a ningún lado ahora sí que lleguen a alguien, pero el problema que la gente dice haber solucionado no era tal.
La gente no lee más con internet por lo mismo que no leía más sin ella. Pero el que la gente se haya tirado en masa a buscar porno por internet quiere decir que ahí sí que había una necesidad no cubierta. Ése sí era un problema a solucionar. Y otro era la necesidad de opinar y discutir de forma (casi) anónima de lo divino y lo humano, y ahí están los blogs y foros para dar fé de que también eso se ha cubierto.
Tienes razón, como casi siempre. Pero, ¿no crees que ya va siendo hora de que pongas la foto de alguna chorba-buena en bolas en tu blog?
Sabía que a tu cuaderno le faltaba algo, pero no había caído en qué era hasta ahora...
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