Hugo y yo

La culpa es de la sociedad.

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Lugar: En las Nubes (Alcalá de Henares), Madrid, Spain

17.7.05

On The Beach

En verano siempre me entra un leve, pero persistente, deseo de irme a alguna parte. Playa, montaña, lo que sea con tal de pirarme. Hay algo francamente detestable en pasarse en verano currando y en casa, sabiendo que la mayoría de la gente pasará por lo menos 15 dias tocándose los cojones por ahí.

Soy más de montaña que de mar, desde luego. Pero a veces echo de menos la playa. Si hay algo profunda e indisolublemente unido al verano, eso es la playa.
(Vivir en Madrid tiene ventajas como esta: la contaminación, el coste de la vida y el perder de vista el mar. Podrían habernos dado los Juegos Olímpicos por pena, coño)



En las puertas de la mediana edad, la playa me parece algo hecho para crios, la verdad. Nada como ser niño para disfrutarla, sin más preocupación que el huir de una madre empeñada en embadurnarte de crema, o evitar chocar con alguien en el agua. Cuanta diversión llegan a proporcionar los flotadores, el fútbol-arena, las conchas, los helados, las cometas, el pádel, los pédalos, las olas...

Luego llega la adolescencia y empieza a preocuparte que te vean las chicas/os haciendo el primo, no ser capaz de surfear o atreverte a subir a una moto de agua, o lucir un físico lamentable, y te vas quedando bajo la sombrilla leyendo. Te haces un poco mayor y decides pasar de todo y nadar o quedarte en el hotel si y cuando te da la gana.

Imagino que el paso siguiente es cuando tienes niños y les llevas a la playa, y pese a la atención que has de dedicarles te encuentras jugando con ellos y recuperando ese trozo de inocencia playera.

Pensaba que escribiría algo sobre quemaduras solares o tetas, pero no me ha salido, vaya.

8 Comments:

Blogger Unknown said...

Buena predicción. Yo ya estoy en el "paso siguiente" y, efectivamente, es como recuperar algo de la niñez... el otro día un señor me pisó el castillo que hacía con mi hija y me entraron ganas de tirarle una bola de arena.

Para mitigar la fobia a las playas creo que un buen consejo es bajar a darte un baño al atardecer, cuando la gente ya se ha largado o al amanecer, cuando no ha llegado y, mejor aún, el agua está fresquita. A esas horas ni hace falta crema.

Como dice aquél: "Me ducho en la playa to'as las mañanas". Todo un gusto.

12:06 a. m.  
Blogger aguantísimo said...

A mí no me gusta demasiado la playa, ni tampoco la piscina. No me gusta esa masificación.

Me gusta disfrutar de la playa o la piscina sólo o como mucho, con los amigos, pero nadie más. Para mí no es lo mismo si hay gente que no conozco.

11:29 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

En mi niñez fuí testigo de un mundo que ya no existe ,ríos límpidos que han desaparecido,donde bañarse era casi una experiencia iniciática.Hoy las piscinas se me antojan bañeras de lejía y tomar el sol una aberración posmoderna.Mis ríos son interiores y mis vacaciones,ponerme delante de este ordenador.Realmente la tecnología ha sido para mí una liberación,pues la naturaleza me parece una utopía inalcanzable. salud!.nino e.

7:03 p. m.  
Blogger áLEks! said...

De las playas me gustan las olas, el surf y el bodyboard. Los partiditos de fútbol con los colegas. Los paseos con mis perros al anochecer. Bañarse antes de que no llegue nadie o después de que se haya ido todo el mundo. Las chicas en bikini.
De las playas no me gusta el agua sucia. Las colillas en la arena. Las aglomeraciones. Los tupers con tortilla de patatas reseca. Los radiocasets con el último éxito reggaeton a toda máquina. Las viejas cuyos pezones tocan la arena en topless.
Según qué cantidad de cosas de uno u otro grupo habrá, tendré más o menos ganas de acercarme a la platchuki...

12:50 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me gusta la playa, sobre todo "mi playa"...ahora hasta la bandera de gente, igual da que madruges o que te vayas el último, pero así con todo "mi playa" tiene paz o al menos a mí me da paz, toda la paz que me quitan mis enanas en la playa.

Puede que recuperes la niñez, pero tu cuerpo se resiente terriblemente...

Besos.Adiós.

11:43 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo supongo que lo que voy a decir ya lo sospechas, Hugo, al igual que como ocurrió con el asunto del vino.

Yo detesto la playa, entre otras cosas, porque no soporto el sol. Para mí es una verdadera tortura estar tumbado y soportar un sol inclemente y un calor infernal.

Y además hay arena, niños con pelota que te molestan, y un sinfín de elementos perturbadores.

Sinceramente, no sé qué demonios le encontrais de atractivo a la playa.

Un saludo.

2:18 p. m.  
Blogger PacoelFlaco said...

Yo este verano estoy en la fase de meter tripa y tomar el sol boca abajo.
Pues si no te importa te voy a linkar en mi blog.

6:06 p. m.  
Blogger Miada said...

¿No es hora ya de terminar las vacaciones en la playita y pasar a otra cosa?...

Un beso.

9:36 a. m.  

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