Feel The Pain

Fracasado.

Ese soy yo.

Mi vida es una cadena de fracasos, pequeños, medianos y grandes. Las circunstancias, el infortunio, pero sobre todo, yo y mi circunstancia, me han llevado a donde estoy.

¿Y dónde estoy?

Estoy en la treintena, tengo un empleo mierdoso en el que no creo que progrese nunca (y en el que seguramente me jubilaré: ¿qué otra cosa puedo hacer?), ningún éxito académico o profesional del que alardear, un físico nada llamativo, una personalidad discreta y poco amigable, muy poca cosa que contar acerca de mis aventuras, viajes o romances, y ahora se supone que debo presentarme con todo esto delante de las mujeres del mundo y escoger de entre la horda de candidatas.

No tengo grandes expectativas acerca del futuro que me espera, pero si había una cosa que aún me hacía mirar al mañana con ilusión era la posibilidad de vivir con ella. Formar un hogar. Hijos.
Ya no.

Y no creo que con mi actual estado del ser y estar del sido me puedan aparecer grandes oportunidades de encontrar otra y retomar los planes donde se han quedado. Suponiendo que lograse dar con una mujer que lo valga y no tenga nada mejor que hacer, sacrificar el tiempo necesario para tener la seguridad que esto requiere nos puede llevar a una edad en que cosas como la maternidad ya no tienen sitio. Resumiendo, en este momento y lugar mis probabilidades de ser padre de familia un dia son remotas.

De modo que podré dedicar todo mi salario mierdoso a mí, mis necesidades superfluas y mis planes para un futuro nada apasionante. Dejar que mis ilusiones se reduzcan a idioteces como cambiar de coche o hacer un viaje, y mi única fuente de esperanza sea el boleto del Euromillones.

Hurra.