This Used To Be My Playground

Como se puede ver, he practicado un poco de tunning con el blog, gracias a la ayuda del amigo Ademarista. Hay que ver la de cosas que se pueden hacer con este invento. Supongo que, poco a poco, lo iré modificando hasta que de la plantilla de serie quede poco. De entrada, ese background no me convence nada... Acepto sugerencias y críticas de toda clase.

Hoy he vuelto a hinchar el balón y subido al campus a echar unos tiros, después de muuucho tiempo. Ni que decir tiene que no estaba para muchas maravillas... En mi descargo puedo decir que las canastas abiertas al público del campus de Alcalá son una completa mierda: los aros old school ultrarrígidos escupen cualquier tiro que no vaya limpiamente dentro. Además, las redes de cadenas le dan un aspecto playground que tiene sus fans, pero yo no estoy entre ellos. Y no quiero pensar en los efectos a largo plazo que tanto rascar contra las cadenitas tiene en el balón.

Cuando jugaba más a menudo solía pensar que los jugadores profesionales (o los afortunados chavales de sus canteras que comparten pabellones con ellos) lo tienen chupado. Disponen de canchas cubiertas y climatizadas donde no hay ráfagas de viento que desvíen tus tiros, parquets uniformes y lisos, balones que siempre tienen un tacto excelente (nada de caucho reseco que te patina en los dedos) y la presión indicada... Así, pensaba yo, cualquiera puede jugar, o al menos jugar bastante mejor de lo que se puede hacer en los polideportivos públicos que usamos las clases populares.
Por cierto, ¿alguien conoce un remedio para evitar que las manos se te resequen y el balón se escurra? Tras media hora jugando, suelo tener las palmas y los dedos como suelas de zapato.