Hugo y yo

La culpa es de la sociedad.

Mi foto
Nombre:
Lugar: En las Nubes (Alcalá de Henares), Madrid, Spain

29.12.04

Coge La Guitarra

Ha sido una semana dura, ¿vale?

Siempre he sentido admiración por la creatividad en todas sus formas, así como un deseo inconstante de desarrollarla en mí mismo. En distintos momentos de mi vida he soñado con ser actor, músico, director de cine, escritor, productor musical...

Son sueños muy comunes entre la gente, imagino. Como el de ser una estrella del fútbol, presentador de televisión, acertante de la lotería, casarse con un famoso... Resumiendo, cualquier cosa que prometa muchísimo dinero (fama opcional) con poco o ningún esfuerzo.


¿Y nadie desearía ser un artista por el mero placer del arte?
Pocos. Afrontémoslo, uno no dedica años de tesón y callos a la guitarra pensando en poder disfrutarla en su cuarto o tocando ante un par de amigos. Y aunque el placer que proporciona la creación misma no sea pequeño, puede agriársele a cualquiera ante la idea de que se podría (y quizá debería) estar haciendo rico y famoso gracias a su talento. La imagen del artista maldito, el genial fracasado que sirve de inspiración a generaciones tras haber muerto sin vender una escoba y reventar de cirrosis, no es tan atractiva como parece a simple vista.
Y, como decía (creo) Andy Warhol, ganar dinero significa que lo haces bien.

Así que, si, me gustaría haberme hecho rico de alguna de las maneras mencionadas. Incluso aceptaría hacerme rico con mi trabajo actual, o de una forma menos glamourosa (digamos encontrándome 11.000 millones en un zapato). Pero me conformaría con haber desarrollado alguna faceta artística hasta el punto de poder practicarla sin avergonzarme a mí mismo.

22.12.04

So This Is Christmas

Los que tenemos la relativa suerte de trabajar en la calle notamos, a veces, cuando es un dia un poco particular. No siempre de una forma tan terrible como cuando el 11-M, por ejemplo (me pilló cuando era el cartero del Hospital 12 de Octubre), sino por la información más o menos sutil que uno no puede evitar recoger en su contacto con la humanidad.

Hoy, por ejemplo, es uno de esos dias.
Un dia en que la gente se apiña en los bares viendo y oyendo el mantra de las Navidades españolas: el soniquete de los niños de San Ildefonso cantando la buena fortuna (no, no me ha tocado, no te jode, aquí iba a estar yo...).
Un dia en que los niños corren sin collar ni correa por la calle celebrando el fin de las clases, y los adolescentes salen a emborracharse desde las 12 de la mañana y hasta que el cuerpo y la pasta aguanten.
Un dia en que los suelos se llenan de nieve artificial y
serpentinas, los gorros de Papá Noel toman la calle, los petardos siembran el pánico entre los perros del vecindario...

Vamos, un dia de mierda.
Feliz Navidad. O, qué leches, como dice Letroncio, feliz Solsticio de Invierno.

19.12.04

Sexx Laws

Voy a escribir por escribir, que conste. No tengo nada que decir que valga la pena, así que ignoro como coño acabará este mensaje.


Bueno, menuda historia la del foro en este fin de semana. Un par de foreros quieren contar unas experiencias sexuales suyas, a un par de foreros no les gusta que se digan esas cosas en público y, finalmente, uno de ellos recula hasta el punto de borrar todo lo escrito. El susodicho (G Vázquez) cometió un error al publicar una foto que, suponemos, correspondía a la implicada en su historia, pero, ¿por qué cojones dejó la narración y borró lo escrito?
¿Qué había de malo en lo que estaba escribiendo? ¿Por qué a algunos les hace tan poca gracia que haya gente que hable sin tapujos de su vida sexual? ¿Les obligaba alguien a leerlo?

En fin, me cabrea bastante pensar, no que haya gente así (que ya sabía que la hay), sino que lo tengan tan fácil para hacer que otros se achanten. El sexo es aún materia espinosa en este país, y parece que lo normal es sentirse culpable por atreverse a encararlo.
G, amigo, ¿servirías el resto de la historia a suscripción? Apúntame, que me quedé a medias.

Edito: parece que el tema ha seguido y seguirá trayendo cola.

Encima tengo un ojo molido por una conjuntivitis, y hay mucho trabajo estos dias, y me cago en todo.

Si no fuese por mi nena... quien, por cierto, cumple años en estos dias. Felicidades, cielo.

14.12.04

Music: Response

Cuando te descubres a tí mismo preguntándote "¿Y por qué a Elvis no se le ocurrió llamar "Blogueo y continuación" a su blog?", es cuando sabes que estás como una puta cabra.

Por alguna arcana y ominosa razón, el eMule parece hallarse más a gusto ahora mismo bajando música que con las pelis, así que me estoy empapando de Bob Dylan y otras cosillas mientras mosconeo de tagboard en tagboard cruzándome con Toperro, Elvis, Harry, Sally y demás.



Me gusta la música (oh, de sorpresa). A veces me pregunto qué puñeteros mecanismos en nuestro sistema nervioso central se ven afectados por las sucesiones de determinadas frecuencias y armónicos, la concatenación de patrones sonoros o el aporrear frenético de pellejos de animal.

El origen de las emociones estéticas en general me intriga, pero el de las producidas por la música me parece particularmente interesante. Es en la música donde se halla la belleza formulada de una manera más, a mi profano parecer, lógica, matemática incluso (bueno, la arquitectura tiene pinta de eso mismo).

Incluso asumiendo, por otra parte, la disparidad de gustos entre personas (y el gusto es algo esencialmente formado por la educación), hay unos mínimos perfectamente reconocibles como música por cualquier persona de cualquier cultura. Es más, distintas canciones de géneros dispares causan emociones idénticas en personas igualmente distintas... jo, creo que me hago un lio. Por ejemplo, el trágico Adagio for Strings de Barber induce un sentimiento lúgubre y fatalista en quienquiera que lo oiga, entienda o no de música. Knockin' On Heaven's Door crea una sensación de trascendencia insuperable: ¿está en los coros, los tres acordes básicos, la escala...? ¿Qué lenguaje es ese que permite codificar mensajes tan potentes y reconocibles, directos al corazón? ¿Cuales son sus comandos, donde tenemos la máquina virtual...?

Resumiendo, ¿tiene alguien la más mínima idea de lo que quiero saber (y me ahorrará el trabajo de investigarlo yo)?

13.12.04

You Can't Always Get What You Want

Tengo una reputación, así que me resisto a mostrar las fotos de la quedada del domingo, que salieron bastante malamente en general (jodida cervecería poco iluminada...). Lo lamento por Matthau y sus gambas.

Y no, Matthau sigue sin enseñar la polla en las quedadas. Al menos en aquellas a las que yo voy.
Y, como ya ha quedado claro, no se vió otro aparato reproductor que el de Hopkins.

Hablemos de otra cosa, ¿vale?

Que hablemos de otra cosa.

¿Quereis dejar de hablar de las pollas de este y aquel?

...


Se nos echa encima la Navidad, con todo lo que ello implica de desenfreno consumista, excesos gastronómicos y etílicos, hipocresía social y familiar... Jesús debe sentirse feliz por como honramos su memoria.

Pero lo que nos trae de cabeza a muchos son los regalos que más o menos obligatoriamente nos hemos de hacer unos a otros. Es bonito regalarse cosas, pero... ¡es espantoso no saber qué regalar! Encima, a mi se me junta esta época con el cumple de Ana, y nuestro aniversario. Así que mi cerebro, que no es precisamente una cornucopia de ideas, ha de estrujarse al máximo en esta época.

Por ejemplo, ¿qué puñetas le regalas a un hermano que ya tiene prácticamente de todo? ¿Qué hay que pueda impresionar a una novia que no le haya regalado ya? Bueno, si, montones de cosas, pero, ¿alguna que pueda permitirme?




...


...


(Pausa de 3 horas buscando regalos por ahí)

Hay algo intrínsecamente equivocado en esta costumbre. Es bonito regalar, es ilusionante esperar regalos, es genial que haya gente que te los haga... ¡pero es un coñazo!
Podría convertirme en un Mr. Scrooge de estos que se declaran antinavideños y se oponen tanto a regalar como a ser regalados. Gastarme mi dinero en mi y no esperar nada de los demás. Viviría estas fechas bastante más tranquilo, y podría esperar a las rebajas para hacerme con las cosas que quiero. Si, seguramente nos iría mejor a todos.
¿Y por qué no lo hago?

Pues porque los regalos son un poco como la gente que te los hace: la familia, amigos, etc. No son perfectos, pero tienen la mejor intención, y eso es lo que cuenta.
Aunque no los puedes cambiar presentando el ticket.

7.12.04

Travelin' Band

Tras unos dias liadísimo con diversas responsabilidades y tareas, vuelvo a escribir sobre algo.

Por ejemplo, sobre el síndrome de la página de edición de nuevos posts en blanco. O sobre el síndrome de cerebro en blanco, que vendría a ser eso mismo.

Me pasa todos los dias: pienso en algo interesante, me digo, "hum, si, esto dará para un buen post en el blog", y al sentarme aquí delante se ha evaporado todo. Será que el Barça va perdiendo, o que dos dias seguidos de fiesta me borran el disco duro. En fin...

Supongo que es un buen momento para rememorar uno de los episodios más inenarrables de mi vida: mi breve pero intensa etapa como técnico de sonido.



Hice mi curso de técnico de sonido (especialidad directo) entre el 97 y el 98, y en el verano del 98 me surgió la gran oportunidad: acompañar a una orquesta como técnico de monitores. Básicamente, ser técnico de monitores supone procurar que los músicos se oigan bien a sí mismos durante el concierto, evitando que se acoplen los micros y esas cosas.
Es un oficio delicado, y que te expone a las iras de los artistas, gente de natural quisquilloso cuando están en plena actuación. Algo fuerte para un debutante como era yo, como comprobaría para mi desdicha. Pero me estoy adelantando.

Una de las características del mundillo es: todo debe hacerse YA. Las prisas y el estrés acompañan fielmente a las orquestas verbeneras. Me llamaron una tarde/noche para salir en el camión del material esa misma noche a las 12. Así que me presenté en la nave de la empresa que alquilaba el material sonoro, ayudé a cargar el camión y me subí con el resto de la tropa. El camión sería nuestro hogar y cama (tenía literas múltiples) para conciliar el sueño durante el dia mientras Juan -gran camionero y mejor persona- nos llevaba a nosotros y al equipo de un pueblo a otro, empalmando cuantos conciertos pudiésemos para rentabilizar los viajes.
Al poco de salir, y tras haber charlado un rato con mis nuevos compañeros, noté que emprendían una extraña actividad: de uno en uno, pasaban a la litera del fondo, hacían un ruido de aspiración y volvían restregándose la nariz. Como ni yo soy tan corto, me figuré de qué iba el tema y pense: "¿donde coño me he metido?".
A posteriori comprobé que no era lo habitual (joder, se gana pasta, pero no tanta como para esnifar a diario), aunque tampoco era un fenómeno extraño. Otra cosa que se ve mucho en ese mundillo es el consumo de drogas, por parte de músicos, técnicos y, vamos, todos menos el conductor (gracias a Dios).



El comienzo de la epopeya no pudo ser mejor: como el próximo concierto nos pillaba al lado del pueblecito playero donde veraneaba la familia de Juan, nos fuimos para allá a pasar una mañana de playa y comer una paellita. Ah, y conocimos a las hijas de Juan, una de ellas modelo de un muy célebre spot televisivo. Sigue siendo un misterio para mí que ese camionero feo y avejentado pudiese aportar genes a esa belleza. Pero me estoy desviando: pues eso, pasamos medio dia cojonudo y pensé: "pues si que está bien esto"... iluso de mi.
A mediodia comenzó la fiesta: tuve que aprender sobre la marcha cómo montar todo, cablear todo el equipo, familiarizarme con las máquinas, probar... y todo sin red. La caña. Salió decentemente, de hecho mejor que otros posteriores. Al acabar y recoger todo eran las 9 de la mañana siguiente. Casi me duermo de pie (me dormí apenas me senté en el camión). Las 15 horas de trabajo por concierto, sin apenas parar, no nos las quitaba nadie, así que adaptarme a ese ritmo fue muy duro. Es entonces cuando uno comprende el porqué del abuso de estimulantes.

Las orquestas hacen mucho dinero en un buen verano, pero para ello hay que trabajar como animales. No se dice "no" a nadie, y si se firman 30 conciertos para 33 noches, estupendo, aunque llegues a casa medio muerto. De modo que lo normal era empalmar cuantos pudiese la orquesta. Las noches, perdón, los dias durmiendo en el interior de un viejo camión en marcha se harían larguísimos si no fuera porque, cuando pillas la litera, estás tan molido que podrías dormir sentado encima del motor. Tenía como vecino de litera a un ex-legionario cabrón que dormía a mi lado y se empeñaba en ponerse con los pies hacia mí en vez de la cabeza. Pues ni eso me quitaba el sueño.

Por supuesto, todo se puede superar si el trabajo va bien y la paga cae puntualmente. Pero no, oh, no. Cometí algunas pifias propias de la inexperiencia, y ya he mencionado lo intransigentes que se ponen los artistas cuando algo falla. Si admites tu culpa te cae una bronca, pero si no lo haces -porque no es culpa tuya, simplemente- se cabrean más aún. Y cuando el músico quisquilloso es, además, el jefe de la orquesta y tu patrón, tiende a no admitir la posibilidad de no llevar él la razón.
Bueno, quien paga manda, piensas para serenarte. Pero resulta que tampoco te pagan con la puntualidad deseable. Te salen con que te pagarán a ti cuando ellos cobren del ayuntamiento de turno. Cojonudo, pensaba, yo debo hacer el trabajo puntualmente y sin rechistar como buen asalariado, pero comparto los riesgos y las molestias como si fuera un socio. Lo peor de ambos mundos.

Las condiciones laborales eran pobres, pero el trabajo en si no era desagradable. Era mucho peor. Cuando uno ha escuchado una versión secuenciada de Paquito Chocolatero las ha escuchado todas, creedme. Y no hablemos del grato contacto con el público, que a la que te descuidabas se te subían a la mesa para escuchar mejor (gilipollas, en mi rincón no se oye bien la música, yo uso un monitor y escucho las señales por separado cuando quiero tocar algo), o te daban la vara con que se oía mal (compraos un salón de conciertos, leche, aquí se oye mal todo).
Por si eso fuera poco, el trato con el personal no era particularmente cordial. Había gente muy maja, menos maja y algún hijo de puta (casi me pegué con uno una vez), más o menos como en todas partes. No es que me llevase mal con los demás currelas o los músicos (ni bien, los músicos iban por su lado), pero si tenía la sensación de no pertenecer a todo ese rollo. Comprendí que muy probablemente había sido un error el emprender esa carrera.

Me encaminé hacia otras cosas, mientras la la seguía ejerciendo solo lo justo para poder ganar un dinerito hasta que pudiera trabajar en algo mejor. A toro pasado, creo que fue una cadena de mala suerte y malas decisiones lo que marcó mi breve paso por ese oficio. Quizá podría haberme ido mejor de haber ido a parar a mejores manos, pero el caso es que es una historia en pretérito imperfecto, así que no tiene sentido pensar en lo que pudo y no pudo ser.

1.12.04

The Miracle

Hoy soy un poco más feliz.

Resulta que en el eMule hay algo más que pelis, música y porno. "¿Y quién necesita más?", preguntaréis, no sin razón. Bueno, pues además hay cómics.
Si, hay gente tan maja que se toma la molestia de escanear sus tebeos y luego los comparte en la red. Aún hay esperanza para la humanidad.

El caso es que me he bajado el Miracleman de Alan Moore y Neil Gaiman enterito. ¡Si, si, si, los inencontrables e inéditos en España episodios de Miracleman escritos por Neil Gaiman están en mi poder! ¡Yuju!


Además de darme el enorme placer de leerlos y llenar ese vacío cultural en mí, he investigado un poco sobre las causas de la suspensión de la serie (está sin finalizar) hace bastantes años. Sabía que estaba en un limbo de donde casi nada ha regresado jamás: la Tierra de Nadie de los derechos de autor difusos y en litigio, a donde llevan los caminos de las editoriales cerradas. Lo que no podía imaginar es el nudo gordiano judicial en que esta formidable serie se halla atrapada.

Aquí se puede hallar toda la historia (en inglés). Resumiendo, todo lo que podría embrollarse el asunto se ha embrollado.

- El personaje original se llamaba Captain Marvel, y era un plagio suave de otros superhéroes americanos, creado en el Reino Unido por Fawcett Publications a principios de los años 40.
- En 1941 la americana DC Cómics (entonces llamada de otro modo) ganó a Fawcett Publications un pleito y los sucesivos recursos por el nombre del personaje, idéntico a su propio y genuino Capitán Marvel.

- Fawcett dejó de producir sus cómics de la saga Marvel en 1953, lo que forzó a su editorial, L. Miller & Sons Ltd., a producir otro subproducto similar, el Marvelman creado por Mick Anglo. Prosperó lo suficiente para durar hasta 1963.


- Saltamos en el tiempo hasta 1982: la revista británica Warrior comienza a publicar la revisitación del superhéroe Marvelman creada por Alan Moore y dibujada por Garry Leach, con Dez Skinn como editor. Cada uno de los tres se queda un tercio de los derechos de la nueva obra. Al poco de comenzar, Leach deja el proyecto en favor del dibujante Alan Davis, y aparentemente también sus derechos.

- Marvel Comics presiona para que se detenga la publicación (Warrior #19) debido al uso de la palabra Marvel. Warrior cierra en el número 26. La americana Eclipse Comics recupera la serie inacabada en 1985, comprando el tercio perteneciente al editor Dez Skinn. Se cambia el nombre de la serie y los personajes (donde dije Marvel digo Miracle). Lo cual, de paso, mosquea tantísimo a Moore que jura que no trabajará para Marvel jamás.



- Alan Davis vende su tercio de la serie moderna a Eclipse, que así alcanza 2/3 de la misma. Termina la etapa Moore en 1989, recogiendo el testigo Neil Gaiman y Mark Buckingham. Moore traspasa también su tercio de la serie a Gaiman, que le cede la mitad del mismo a Buckingham.

- Eclipse Comics se declara en bancarrota en 1994, dejando en el aire un concluído pero no publicado Miracleman #25. Gaiman recibe de vuelta los originales del mismo. En la subasta subsiguiente a la bancarrota, el Bill Gates del cómic, Todd McFarlane, adquiere los derechos sobre toda la producción de Eclipse, lo que supuestamente incluye Miracleman.

- Gaiman había trabajado para Todd McFarlane previamente, creando en su serie Spawn una serie de personajes que, a posteriori, seguirían apareciendo sin la autorización de Gaiman. Supuestamente, en 1997 alcanzaron un acuerdo verbal por el cual Gaiman se quedaba con los derechos de Miracleman, y McFarlane los de los personajes de Spawn. Pero la solución amistosa no llegó, y los tribunales le dieron la razón a Gaiman, aunque la resolución final aclaraba más la cuestión de los derechos de los personajes de Spawn que los de Miracleman. Gaiman fundó una empresa con el objetivo de aclarar la cuestión, mientras McFarlane, ajeno a todo mientras haya pasta por medio, lanzó al mercado una estatua de Miracleman por medio de su empresa juguetera.

- Por si faltaba algo, el editor Dez Skinn volvió a la escena declarando que su parte de los derechos de la serie había regresado a él tras el cierre de Eclipse. Encima, surgió la cuestión de si Skinn poseía de entrada derecho alguno sobre el Marvelman de Mick Anglo. El cual saltó al ruedo reclamando ser el legítimo propietario de la serie. Y Alan Davis reclama tener derechos sobre los episodios que dibujó, y Garry Leach dice haber creado personajes que aparecieron en la serie tras haberla abandonado él...

Resumiendo, Miracleman es a dia de hoy como un atún en mitad de un banco de tiburones en pleno frenesí. Quizá los abogados lograrán lo que no lograron no las bombas atómicas, ni el Dr. Gargunza, ni Johnny Bates...
El dia en que podamos gozar de una reimpresión total de la obra no se ve ni con telescopio. Gracias, Dios, por el eMule.

Dedicado a AtomicDog.